Esta monografía se interroga sobre las razones y las modalidades de la difusión de una de las novelas más importantes del siglo XV europeo (Tirant lo Blanco, de Joanot Martorell) y de su traducción castellana, impresa en 1511. A lo largo de sus capítulos, se ofrecen algunas respuestas y reflexiones sobre la suerte, en parte muy azarosa, de estos dos libros singulares, y, en especial, de la versión quinientista anónima. Se valoran, por ejemplo, sus características temáticas y formales, el contexto cultural de su adaptación o los ecos conservados de sus primeras lecturas, y, después, a partir de la publicación de la primera parte del Quijote, los comentarios de tantos cervantistas que debieron explicar unos elogios tan elocuentes como los que lo consideraban "un tesoro de contento y una mina de pasatiempos" o "el mejor libro del mundo". Porque este doble historial debe tocio, desde principios del siglo XVII hasta casi fines del XIX, al antojo de dos personajes secundarios creados por Miguel de Cervantes, quienes un buen día se vieron en la obligación casi inquisitorial de abordar una materia que ignoraban por sus oficios... Por sus páginas aparecerán desde Garci Rodríguez de Montalvo y Diego de Gumiel hasta Dámaso Alonso, Martín de Riquer o Mario Vargas Llosa, entre muchos otros creadores, eruditos y editores, que nos guiarán a lo largo de un recorrido secular que iluminará la guadianesca recepción del gran clásico valenciano.
Rafael M. Mérida Jiménez es catedrático asociado de estudios hispánicos de la Universidad de Puerto Rico - Río Piedras. Entre sus obras destacan "Fuera de la orden de natura": magias, milagros y maravillas en el "Amadís de Gaula" (Reichenberger), la antología Sexualidades transgresoras (Icaria), la guía de lectura de Tirante el Blanco (Centro de Estudios Cervantinos) y El gran libro de las brujas (RBA).